Análisis Paper Mario: The Origami King - El arte de la papiroflexia llega a Switch

Terminar la aventura de Paper Mario: The Origami King nos llevará en torno a las 30 horas de juego, 25 si vamos a saco y por encima de 35 si somos completistas y queremos desbloquear todos los secretos y misiones secundarias del juego. La verdad es que la aventura engancha con ganas, especialmente si somos fans del fontanero y del particular sentido del humor de estas aventuras, en las que los se desvela el lado más gamberro (y también el más tierno) de los héroes y villanos del mundo Champiñón.

Es cierto que al eliminar elementos roleros (como el subir de nivel) se ha sacrificado duración y tiempo de juego leveando, pero también es verdad que los combates no son tan importantes aquí como en un RPG tradicional (incluso podremos solucionarlos pagando, o usando los power-ups). Lo que sí cojea es la rejugabilidad, no hay elementos de peso para una segunda partida, al menos a corto-medio plazo.

A nivel de mecánicas de juego, The Origami King se presenta con un nuevo sistema de combate que nos ha gustado mucho, porque nos hace pensar un poco. Tenemos a Paper Mario en el centro de varios circulos concéntricos en los que se reúnen los enemigos, y antes de empezar la batalla tendremos la opción de girarlos y moverlos para concentrar a los enemigos y causar así el máximo daño posible con nuestros ataques (bien sean saltos encadenados, bolas de fuego o distintos power-ups que iremos consiguiendo y comprando). Además, iremos contando con distintos ayudantes durante la aventura, y ellos también atacarán (automáticamente) para ayudarnos a salir indemnes. Así, se mezcla algo de estrategia (casi más resolución de puzles) con dosis de ingenio y habilidad, y dado que el número de batallas está muy equilibrado, el resultado es estupendo.

El resto de la fórmula jugable es la típica en la saga, dándole mucho peso a la exploración, la búsqueda de secretos (aprovechando las posibilidades del papel, rompiendo un poco la cuarta pared y jugando con la cámara) y toques plataformeros que le sientan muy bien. También tendremos el uso de algunos vehículos en partes muy divertidas (y rejugables, gracias a una buena variedad de coleccionables), creando una mezcla de desafíos realmente sobresaliente.

Como suele ser usual en la saga, Paper Mario: The Origami King puede presumir de tener ideas realmente diferentes y originales, y de seguir evolucionando tanto en mecánicas de juego como en exploración o historia, sin quedarse estancado en ningún momento. A diferencia de otras franquicias en las que la fórmula varía poco entre entregas, aquí llevamos viendo cambio tras cambio desde Super Paper Mario, y en esta ocasión nos encontramos ideas sorprendentes como los Origami, los brazos desplegables de Mario, el valiente sistema de combate o los innovadores jefes finales, que merecen espacio para ellos solos... nunca unas tijeras resultaron tan temibles.

Por supuesto la historia es - otra vez - otro de los reclamos, gracias a su gamberrismo, sus impagables personajes, sus momentos surrealistas o sus giros sorpresa. En las más de 25 horas que estaremos disfrutando de este mundo de papel virtual vamos a tener muy poco tiempo para aburrirnos, y eso es un auténtico plus.

La llegada de Paper Mario a Switch a permitido a los chicos de Intelligent System desarrollar su lado más creativo, y sorprendernos con un apartado técnico realmente brillante. El mundo de papel está más vivo que nunca, vamos a ver efectos preciosos en pantalla, y tanto en formato portátil como en sobremesa vamos a disfrutar de momentos preciosos, sin sombra de problemas técnicos y con escenarios realmente interactivos. Un punto realmente brillante de cómo se aprovecha el hardware de la consola es la vibración HD de los Joycon, que nos transmite toda la intensidad de los movimientos de Mario, vaya andando (y saltando) o utilizando algún vehículo.

La banda sonora es un genial trabajo coral de Yoshito Sekigawa, Shoh Murakami, Yoshiaki Kimura, Hiroki Morishita y Fumihiro Isobe, creando un gran trabajo con gran variedad de temas musicales que se adaptan a la perfección a las distintas localizaciones / situaciones en las que se encontrará Mario. Y aunque no contamos con un doblaje como tal, hay que destacar el estupendo trabajo de traducción del juego, que suma muchísimo a la experiencia, haciéndolo todo más divertido y entrañable.