Análisis Jujutsu Kaisen: Cursed Clash - Los hechiceros necesitan urgentemente más magia

Terminar el modo historia de Jujutsu Kaisen:Cursed Clash nos llevará en torno a las 4 horas (dependiendo de nuestra habilidad y ganas de conseguir la máxima puntuación, terminando los cuatro arcos principales incluidos en la primera temporada del anime. A partir de ahí tenemos opciones para jugar con cada uno de los personajes desbloqueados, algo de contenido desbloqueable (como ropas y alguna escena especial) y opciones de crear nuestros propios enfrentamientos. Solo por ver los especiales combinados de cada pareja ya merecerá la pena para los fans, aunque el menú de selección sea jurásico y anti-intuitivo... Eso eleva la duración a las 10-12 horas.

El problema viene con el multijugador local, ya que aunque tenemos tanto cooperativo (cada jugador con un personaje) como versus (dejando a la CPU que nos ayude) online, no existe esa opción para partidas en la misma consola. Ni a pantalla partida ni de ninguna otra forma. Y eso es un punto negro bastante destacable para un título de lucha, no poder invitar a un amigo a jugar a casa es... raro. Por si fuera poco, tampoco hay soporte para partidas crossplay entre las diferentes plataformas, por lo que la comunidad de jugadores en los primeros días no ha sido especialmente abultada. Esto limita claramente la vida útil de un juego que llega a precio de lanzamiento completo.

A nivel jugable, Cursed Clash es un título de lucha basado en la serie Jujutsu Kaisen, con movimiento libre 3D un tanto limitado que enfrenta a hechiceros y maldiciones, y que aunque permite batallas 1 vs. 1 apuesta fuerte por el 2 vs. 2, pidiéndonos crear un dúo equilibrado (y coordinado) para hacernos con la victoria. Y es que aquí no vale con apalear al rival, por muchos golpes que demos (o recibamos) nuestra vida no va a bajar hasta que consigamos lanzar un ataque especial o encadenar un combo que termine con uno de estos ataques... Y para ello, es mucho mejor tener el apoyo de un compañero que pueda atacar a distancia, romper la guardia o entretener al otro rival.

¿Dónde está el problema entonces? En que a efectos prácticos las batallas son muy caóticas, tienden a ser un poco injustas y aleatorias (porque, a veces, nuestro compañero estará a otras cosas, en lugar de ayudarnos a lanzar un devastador ataque combinado), y con elementos destructibles en pantalla y una cámara un tanto juguetona vamos a tener momentos muy confusos. Para avanzar en el modo historia no es nada grave, pero a la hora de jugar contra otros jugadores (solo online) no hablamos de un título especialmente técnico o divertido. En el lado positivo, destacar las diferencias entre personajes a la hora de luchar, no son muchos (16), pero en general su forma de pelear y características son únicas, y algunos pueden incluso cambiar el escenario para tener más fácil derrotar al rival.

Posiblemente el mejor valor de Jujutsu Kaisen: Cursed Clash sea la apuesta por querer hacer algo nuevo, y en lugar de limitarse a una adaptación mediocre, buscar sorprender con batallas 2 vs. 2 y ataques combinados entre los hechiceros. Sin embargo, una idea que no suena nada mal sobre el papel acaba siendo un handicap para el juego al eliminar el soporte multijugador local (entendemos que por no implementar una pantalla partida), y tampoco aporta tanto nuevo o interesante como para justificarlo.

Claro, esto nos deja con un modo historia - un tanto soso - como protagonista, y aquí también le pasa factura a la experiencia no contar con más opciones, combates fuera de la trama principal (al estilo What If), animación o contenido exclusivo... Al contrario, nos tenemos que conformar con fotogramas del anime y un resumen un tanto descafeinado de una parte de la serie (los cuatro arcos incluidos en la primera temporada del anime). Más allá de ello, y de algunos guiños a los fans (como trajes especiales) poco hay rescatable del título, más allá del modo baseball incluido en las versiones Deluxe y Ultra Deluxe, una divertida curiosidad de estilo juego 8 bits.

A nivel visual, Jujutsu Kaisen: Cursed Clash adapta el manga/anime de una forma notable, pero sin alardes gráficos de ningún tipo. Si bien los modelados son bastante buenos (aunque simplones, reflejan perfectamente la vestimenta y actitud de los personajes), las animaciones durante las batallas son un tanto mecánicas y bruscas, claramente de generaciones anteriores. Contamos con grandes escenarios con elementos destructibles, pero en general son totalmente genéricos, están muy vacíos y lo que se puede romper distrae más de lo que aporta al gameplay. Entendemos que la versión más mimada ha sido la de Switch (y sus ventas lo respaldan), pero en consolas next gen el resultado es un tanto pobre. El modo online tampoco se salva aquí del tirón de orejas, ya que no han sido extraños los problemas de rendimiento en las pocas partidas que hemos podido establecer con éxito.

La banda sonora tampoco deslumbra en ningún momento, tiene buenos temas heredados de la animación, y las batallas están bien ambientadas, pero nada para recordar una vez apaguemos la consola. En cuanto a las voces, opciones para disfrutar del doblaje original japonés (lo más recomendable para los fans) o traducción al inglés. Nos llega, eso sí, completamente traducido al castellano, en una traducción bastante buena (con algún fallito puntual, pero nada grave) que hace más fácil disfrutar de las conversaciones especiales y momentos creados para los fans de la serie.