El proyecto The Mound: Omen of Cthulhu nace de la colaboración entre ACE Team, estudio chileno reconocido por su enfoque experimental en títulos como Zeno Clash y Clash: Artifacts of Chaos, y la editora francesa Nacon, especializada en propuestas de nicho con fuerte identidad. La obra se inscribe dentro del género de terror psicológico cooperativo en primera persona, con un marcado acento en la mitología lovecraftiana y en la tensión que genera la exploración compartida de entornos hostiles. La propuesta combina supervivencia, combate táctico y coordinación grupal en un escenario de jungla maldita que sirve de antesala a un mundo subterráneo legendario, planteando un viaje donde la confianza y la percepción se convierten en recursos tan valiosos como las armas y el equipamiento. Con lanzamiento confirmado para PS5, Xbox Series X|S y PC en verano de 2026, el título se posiciona como una de las apuestas más singulares en el terreno del terror cósmico cooperativo.
Como amantes del terror cósmico, entramos en The Mound: Omen of Cthulhu con las expectativas bien ancladas en la mitología de H.P. Lovecraft y en las señas de identidad de ACE Team. Aquí supervivencia cooperativa, disparos en primera persona y tensión psicológica convergen en una jungla maldita que distorsiona la percepción y pone en jaque la confianza del grupo. La estructura lúdica se apoya en un galeón como espacio de reunión y preparación, donde elegimos armas, equipamiento y roles antes de desembarcar hacia territorios cada vez más hostiles, con la promesa de un mundo subterráneo legendario custodiado por peligros que escalan con la profundidad de la incursión. La propuesta se afirma como terror lovecraftiano cooperativo para hasta cuatro jugadores, con un énfasis en la coordinación y en decisiones con peso tangible en combate, y llega confirmada para las principales plataformas de nueva generación.
En The Mound: Omen of Cthulhu se nos asigna como exploradores en busca de tesoros adentrándonos en una selva que "juega con la mente", con fe y miedo como armas narrativas tanto como mecánicas: la percepción se manipula, la lectura del entorno exige cautela y la cooperación se valida por cómo reaccionamos ante lo innombrable. La progresión se ritualiza en el galeón, que funciona como hub entre expediciones: seleccionamos mosquetes y pistolas de era prebélica, revisamos carga de munición y consumibles, y definimos sinergias de control y daño para contrarrestar enemigos capaces de cambiar el curso del combate si la coordinación falla. A medida que avanzamos, los peligros aumentan antes de alcanzar %u201Clas puertas%u201D del enclave subterráneo, un compás que refuerza la preparación previa y la gestión del riesgo durante la incursión.
Las mecánicas de combate subrayan que cada disparo y golpe tienen peso; el tiempo de recarga, la gestión de la distancia y la supresión marcan la diferencia cuando enemigos con patrones variables presionan los flancos y fuerzan repliegues tácticos. Se articula así una lectura de survival FPS que exige decisiones rápidas y apoyo mutuo, donde la pérdida de percepción puede provocar fuego amigo o errores de posicionamiento. El meta de equipo se inicia en el galeón con selección de armas y equipamiento para perfilar tareas: apertura, cobertura, disciplina de disparo, y resiliencia ante terrores eldritch que penalizan la descoordinación. Todo ello está respaldado por presencia en Xbox Partner Preview, con la ventana de verano 2026 y disponibilidad en Xbox Play Anywhere para el ecosistema Xbox/PC, y anuncio paralelo de plataformas PS5 y Xbox Series X|S.
La historia bebe de la tradición de The Mound en el corpus lovecraftiano, reconduciendo el mito hacia una expedición que confronta locura, fe, miedo y riquezas inimaginables ocultas en el subsuelo. La jungla maldita es más que un escenario: actúa como agente hostil que interfiere sentidos y juzga la confianza del grupo, con capas que emergen según la profundidad alcanzada. The Mound: Omen of Cthulhu opera como prueba de percepción y coordinación, donde la lectura del entorno, la disciplina de disparo y la preparación en el galeón son indispensables para llegar a "las puertas" del enclave subterráneo. En conjunto, fuentes oficiales y publicaciones especializadas refuerzan el encuadre: disponibilidad y ventana confirmadas, configuración cooperativa de hasta cuatro jugadores, y un enfoque de terror psicológico que integra combate de armas históricas con diseño de percepción.


